▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄▀▄

╠═╩═╦═╩═╦═╩═╦═╩═╦═╩═╦═╩═╦═╩═╣
*+*+*+*+*+*+*+*+*+*TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS*+*+*+*+*+*+*+*+*+*

sábado, 30 de agosto de 2008

el parque del barrio

Me siento en el banco de madera deteriorada por los días de lluvia y el sol del verano, que está en medio de un hermoso parque imaginario cercano a mi casa, en algún lugar. Unas hojas viejas en una mano, y un lápiz roído en la otra.
De traje y corbata. Gastados, desteñidos, arrugados, pero de traje y corbata. Mocasines, peinado hacia un lado y el pelo sujeto con algún extraño ungüento. Sentado quieto y ensimismado, observando con atención cada movimiento natural del ambiente, como si esperase un acontecimiento poco común para las tardes de ocaso en el parque.
No existe tiempo ni espacio impuestos. Puede ser día y noche, anochecer o atardecer. Es un hermoso día con radiante sol de verano, pero de los árboles caen las secas hojas y se arrastran por el viento otoñal que las lleva al encuentro con el pasto húmedo que las recibe como a las gotas de lluvia que aterrizan sobre la arenilla propia de todo parque imaginario cercano a casa.
Sigo cada jugada del pequeño sub universo que me rodea, y en cada nuevo movimiento encuentro una nueva razón para crear, un motivo para soñar, un impulso imaginativo. Quisiera entender el porqué de las acciones que se generan en esa tierra de algún lugar. Siguiendo el movimiento de una hoja al iniciar su descenso casi mortuorio, podría entender lo que significa, podría saber su comienzo, lo que ha visto, los tiempos que ha vivido, las lluvias, los vientos... su historia, y podría imaginar su final, su entrega al destino de algo más, a lo que por ella vendrá después.
Intento traspasar mi tejido de pensamiento a las viejas hojas con el roído lápiz que llevo conmigo.
Pero ese tipo de sentimientos no se pueden volcar sobre una hoja así simplemente, no se pueden contar, porque nadie lo sentiría de la misma forma. Hay que vivirlo cada cual.

1 comentario:

De Anís dijo...

También quisiera entender tantas cosas, pero ...