simple

levántate apenas, coge lo que alcanza tu mano y póntelo como te quede. hay sol, pero no está caluroso, corre una brisa suave que acaricia pero te hiela a ratos. no te preocupes por el pelo, déjalo suelto. El viento sabrá que hacer con el mientras caminas contemplando el ir y venir de la vida. escucha los pájaros, huele el aire, mira las nubes y trata de andar junto a ellas. siéntate en el parque y acaricia el pasto, intenta contar las hojas del nogal que te da sombra, encógete un poco para combatir el frio y vuelve a caminar para entrar en calor. pídele permiso al manzano y toma uno de sus frutos que aunque prohibídos son muy sabrosos. piensa una canción en tu mente y compártela con el murmullo de la ciudad, verás que cambia el rostro de la urbe y te acompañará entre la naturaleza. evoca lindos recuerdos guardados en tu mente y revívelos por un momento. ahora vuelve sobre tus pasos y sigue tu vida con otra disposición.